En odontología, la endodoncia es un proceso a través del cual se desvitaliza las raíces de los dientes. Se trata de eliminar el tejido vivo que contiene cada pieza dental, con el objetivo principal de acabar con el dolor que siente el paciente. El segundo resultado que se busca es preservar la pieza, porque de no ser así la extracción sería inevitable; y mantener los tejidos que la rodean, ya sean la encía o el hueso.
Por qué se necesita una endodoncia
A veces, cuando se produce una fractura de un diente, o existe una caries profunda que ha perforado el esmalte dental, el nervio queda expuesto y puede inflamarse e incluso infectarse, provocando un dolor intenso, intermitente o constante; formándose el conocido flemón, consecuencia de la hinchazón de la mucosa oral o incluso produciéndose una fístula con supuración. Una pieza en la que se ha provocado un daño en el nervio también corre serio riesgo de fractura y de su pérdida.
Aunque en ocasiones no se manifiestan, los síntomas más comunes son: dolor, sensibilidad prolongada al frío y al calor, cambios de color, hinchazón y molestia en las encías alrededor del diente.
También se puede realizar una endodoncia cuando es necesario tallar los dientes para la colocación de coronas o de puentes fijos.
En qué consiste una endodoncia
Previo examen médico y diagnóstico radiológico, los odontólogos proceden a eliminar el nervio dental y a rellenar los conductos radiculares que se han vaciado con un material termoplástico, denominado gutapercha. Se trata de una resina de origen natural que se utiliza en odontología desde el siglo XIX. Su calidad depende de la edad del árbol, que nunca debe ser inferior a treinta años, y es altamente eficaz para cerrar los conductos donde se encontraba el nervio dañado. Junto con la gutapercha se utiliza un cemento biocompatible que asegura un sellado completo de los conductos. Para finalizar se coloca una restauración temporal o definitiva («empaste» o reconstrucción de la apertura realizada y de la porción de la corona que pudiera necesitarla).
¿Y este tratamiento es doloroso?
Las endodoncias siempre se practican con anestesias locales muy eficaces y de larga duración, por lo que las molestias, durante la intervención son mínimas.
Durante los primeros días después del tratamiento si pueden notarse sensibilidad dental y algunas molestias en el diente, debido a la inflamación postoperatoria de los tejidos que rodean al diente. En estos casos el odontólogo prescribirá los fármacos necesarios para evitar el dolor.
En Solución Dental Embajadores utilizamos los últimos avances, tanto en instrumentación mecánica como en los materiales utilizados y sistemas de termocondensación, gracias a los cuales el éxito de este tratamiento es mucho más elevado.

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