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¿ Por qué mis dientes tienen manchas?

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¿Por qué mis dientes tienen manchas? Esta es una de las preguntas más frecuentes que nos hacemos, porque es una afección bucodental mucho más común de lo que creemos. En el post de hoy te explicamos su origen, las diferentes tipologías de manchas y su tratamiento, así como los hábitos de higiene dental y alimenticia necesarios para prevenir su aparición.

Principales causas de las manchas dentales

La edad juega un importante papel. Obviamente, con el paso del tiempo, los dientes se decoloran, pierden su blancura inicial y comienzan a adquirir un tono amarillento.

Pero, con independencia del paso de los años ¿por qué mis dientes tienen manchas? Los hábitos alimenticios son clave a la hora de determinar su aparición. El consumo en exceso de café, o de vino tinto (por su alto contenido en taninos), así como el tabaquismo favorecen la pérdida del blanco original. También la ingesta de determinados fármacos también puede convertirse en un factor desencadentante de aparición de las manchas en la dentadura. Una mala formación dental y la carencia en el organismo de determinadas vitaminas también provocan el cambio en la coloración dental.

Hemos de prestar atención a su aparición porque, aunque aparentemente se trate de una cuestión estética, pueden ser indicio de una patología bucodental.

Diferentes tipos de manchas dentales, diferentes orígenes

Hay toda una tipología de tipos de manchas dentales, y no sólo por su coloración, sino por su ubicación. Comenzando por su localización, las manchas pueden ser externas e internas. Las externas se observan en la zona más superficial del diente, sobre el esmalte. Suelen estar generalmente provocadas por el consumo de determinados alimentos y bebidas, y el hábito del tabaco. Pueden eliminarse de forma fácil y segura.

Si ya hablamos de manchas internas, nos referimos a las que aparecen en la dentina, es decir, tanto en el esmalte como en la capa que se encuentra inmediatamente debajo. Suelen tener su origen en la edad, la carencia de determinadas vitaminas y deficiencias durante el proceso de crecimiento del diente. Por otra parte, los efectos secundarios de algunos medicamentos también desencadenan la aparición de este tipo de manchas. Por supuesto, pueden eliminarse, pero requieren otro tipo de tratamientos diferentes a los aplicados a las manchas externas.

¿Y según su color?

Fundamentalmente existen siete tipologías de color en las manchas dentales. Los  más frecuentes suelen ser:

  • Amarillo. Es el más común y se asocia con la edad y con el desgaste del esmalte dental.  Principalmente están vinculadas al tabaco, a la ingesta de alimentos ácidos como vinagres y cítricos, al reflujo gástrico, al consumo de vino, café o té, y la pigmentación de betacarótenos, presentes en las hortalizas, las frutas y verduras de color amarillo, anaranjado y rojo. Sin duda, una mala higiene bucal, el bruxismo y el desgaste de los empastes dentales también desencadenan el amarilleado dental. Esta pigmentación acaba asociada a la aparición de sensibilidad dental.
  • Verde. Esta coloracion se produce, principalmente por el sangrado de las encías y la descomposición de la hemoglobina. En algunos casos, hay personas que presentan este color porque están expuestos, de forma permanente, en zonas con alta acumulación de cobre. También la falta de higiene bucodental favorece la producción, por algunas bacterias, de una sustancia llamada fenacina, que colorea nuestros dientes de verde.
  • Marrón. Los principales factores que provocan las manchas marrones son la edad, una mala higiene bucal que no elimina la placa bacteriana. Por supuesto, el tabaco y el consumo de café, té, vino o refrescos de cola  son factores desencadenantes. También esta coloración puede producirse por una hipomineralización del organismo, que en el caso de la boca provoca sensibilidad dental y desgaste del esmalte. El consumo de fármacos como las tetraciclinas (antibiótico), suelen ser el origen de su aparición en algunas personas.

Del negro al blanco, pasando por el gris

  • Negro. Sin duda, cuando nuestros dientes están negros, es el síntoma inequivoco de caries en un fase muy avanzada. También algunas bacterias cromófobas contribuyen a la descomposición de restos de alimentos y a dar lugar a esta coloración. Otro factor que, quizá muchas personas desconocen, es el abuso de la clorhexidina en tratamientos periodontales y el consumo prolongado de medicamentos con alto contenido en hierro.
  • Gris. Generalmente, este color va asociado a empastes deteriorados y a dientes a los que se les ha realizado una endodoncia. En esta coloración también las tetraciclinas son el origen de la aparición de manchas de este color, así como la necrosis de la pulpa dental provocado por un traumatismo.
  • Naranja. Principalmente la encontramos en la infancia y por la presencia de una bacteria, en concreto el bacilo mesentérico.
  • Blanco. Aparecen por la descalcificación dental provocada por las caries; la falta de higiene; y la adopción de dietas pobres en calcio y hierro, vitaminas D y proteínas. Aunque resulte extraño, el exceso de flúor da origen a esta coloración. Un traumatismo en un diente de leche también puede generar la aparición de manchas blancas en la dentición definitiva.

¿Y cómo las eliminamos?

Nuestra principal recomendación es que sea un especialista odontólogo el que revise, diagnostique la tipología y el origen de las manchas dentales. Y solo de esta forma pueda prescribir el tratamiento más adecuado. Por nuestro bien, es preferible que huyamos de los «autotratamientos», que pueden ocasionar más problemas que soluciones.

En el caso de las manchas externas, y tras una valoración profesional, bastará con una limpieza dental. Se eliminará el sarro, si es necesario se procederá a un curetaje y al cepillado con pastas específicas para eliminar las manchas, todo ello realizado en tu consulta dental,

Sin embargo, para las manchas externas más resistentes será necesario recurrir al blanqueamiento dental, que también deberá realizar tu dentista. Además de  una limpieza profesional previa te aplicarán geles específicos, generalmente compuestos por perióxido de oxígeno. En determinados casos, tu dentista te recomendará combinar el tratamiento, con la aplicación de geles mediante el uso de férulas en casa.

Y para las manchas internas y de color blanquecino, será necesario recurrir a tratamientos que contemplan los empastes estéticos y las carillas dentales.

¿Podemos prevenir?

¡Por supuesto!, evitando el consumo en exceso de los alimentos que hemos detallado anteriormente, e incluyendo alimentos que contengan los minerales y vitaminas necesarios para mantener una buena salud bucodental. El Consejo General de Dentistas insiste en la adopción de hábitos alimenticios y de higiene básicos para garantizar una buena salud bucodental. No olvides que una buena higiene bucal es la solución a muchos problemas. Obviamente el cepillado de tus dientes, al menos, dos veces al día es uno de los principales factores de prevención. Utiliza la seda dental y cambia tu cepillo dental cada tres meses. Evita, en la medida de lo posible, utilizar colutorios que contengan clorhexidina y planifica tus revisiones dentales periódicas.

En nuestra clínica somos expertos en blanqueamientos dentales ¡Solicita ya tu cita! La primera consulta es gratuita.

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¿Qué vitaminas necesitan tus dientes?

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¿Qué vitaminas necesitan tus dientes? ¿Realmente sabemos cuáles son las que inciden directamente para mantener una dentadura y una salud bucodental sana en general?

En nuestro post de hoy te explicamos cuales son los minerales y las vitaminas que hacen que nuestros dientes se mantengan sanos. Y lo hacemos justo ahora que sabemos que, con la llegada del verano, tendemos a descuidar nuestra dieta. Y de paso, también te recordamos aquellos alimentos que favorecen la erosión ácida y provocan daños en tu esmalte dental y en tus encías.

Minerales imprescindibles para una boca sana

El calcio ese el rey de los minerales, si hablamos de salud bucodental. Fortalece no solo las piezas dentales sino los huesos que los sustentan. Todos conocemos el alto contenido en calcio de los productos lácteos, pero ¿sabías que las verduras de hoja verde, las judías, el salmón y las almendras son también productos con alto contenido de calcio?

El potasio es otro de los protagonistas de la salud bucodental porque ayuda a mejorar la densidad ósea. Y si tenemos que hablar de alimentos con alto contenido en potasio, sin duda nos referimos al plátano, aunque también podemos encontrarlo en el tomate, las acelgas y el aguacate.

Y por último, el fósforo juega un papel fundamental en la protección y reconstrucción natural del esmalte dental. Encuentras este mineral en alimentos ricos en proteínas como la carne, el pollo, el pescado, el marisco y los huevos.

¿Qué vitaminas necesitan tus dientes?

La vitamina D es la estrella principal para nuestra dentadura. Aumenta la densidad mineral y ayuda a absorber, transportar y depositar el calcio en los huesos que sostienen los dientes. Son muy pocos los alimentos que contienen esta vitamina. La encontramos en la leche, pescados grasos, hígado de vacuno, yema de huevo, queso y los hongos.

En España, más del 50% de la población presenta carencia de vitamina D, y este porcentaje aumenta al 80% en personas mayores y al 62% en mujeres embarazadas. La luz del sol es una de las principales fuentes de obtención de esta vitamina de forma natural. Los rayos ultravioleta fomentan la producción de esta vitamina en la piel. Pero ¡ojo con una exposición excesiva al sol! En la mayoría de los casos, los médicos prescriben esta vitamina para tomar, según el déficit de cada persona, una o dos veces al mes.

La vitamina K es un auténtico escudo para bloquear las sustancias que descomponen los huesos. Un déficit de esta vitamina retrasa los procesos de curación e incrementa las posibilidades de sangrado. Encuentras esta vitamina en las verduras de hoja verde como la col rizada, las acelgas, las espinacas, el perejil, el brócoli y las coles de Bruselas.

¿Y si hablamos de encías?

¡No lo dudes!, recurre a las vitaminas A y C. La vitamina A es clave para mantener las encías sanas y mineralizar el esmalte dental. Te ayuda a prevenir la sequedad bucal y a cicatrizar cualquier herida bucal. ¿Qué alimentos contienen vitamina A? ¡Son fácil de identificar!, los de color naranja; albaricoques, calabazas, naranjas, zanahorias, son algunos de los ejemplos.

Y por último nos referimos a la vitamina C como nuestra gran aliada para fortalecer las encías y las mucosas de la boca. Protege contra la gingivitis y evita que los dientes se aflojen y puedan caerse. Por supuesto, la vitamina C se encuentra en todos los cítricos, pero las verduras de hoja verde y las patatas también la contienen.

¿Y qué alimentos debemos evitar?

Seguro que ya los conoces. Hablamos de los alimentos con alto contenido en azúcares, bebidas ácidas y carbonatadas y otras con alto contenido en taninos. Y lo que en verano se convierte en una auténtica tentación ¡los helados! Consúmelos con moderación, y si es posible, cepíllate los dientes cuanto antes para evitar la acción de los azúcares en tu boca.

Y aunque te apetezcan las bebidas frías, presta atención a la sensibilidad dental, puede ocasionarte molestias durante tus vacaciones estivales.

Después de este repaso, no tienes excusa para cuidar tu dieta, prestar atención a los alimentos que te ayudarán a mantener tus dientes sanos, además del resto de tu cuerpo.

 

 

 

 

 

 

 

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¿Qué es la mordida dental?

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¿Qué es la mordida dental? Sin duda es una buena pregunta porque… ¡Que levante la mano aquel al que no le ha dicho su dentista que tiene problemas de mordida! De hecho, el Consejo General de Dentistas especifica que dos de cada diez jóvenes, con edades comprendidas entre los 12 y 15 años presentan una maloclusión severa.

La mordida es la forma en la que encajan los dientes y encías superiores con los dientes y encías inferiores. Por lo tanto, una mordida perfecta u oclusión perfecta es aquella en la que la articulación de la mandíbula está centrada y todos los músculos, ligamentos y tejidos que intervienen en el proceso de masticación están equilibrados. Por el contrario, una mala mordida se produce cuando los maxilares superior e inferior no están alineados, no encajan y pueden provocar problemas de salud bucodental.

Tipos de mordida

Según la Organización Mundial de la Salud, la mala mordida es la tercera afección bucodental, a nivel mundial, detrás de la caries y la gingivitis respectivamente. Y lo peor de todo es que la mayoría de los pacientes ignora que las molestias que padece proceden de una mala alineación dental. Pero ¿Cuántos tipos de mala mordida existen?

Los odontólogos han especificado hasta nueve tipos de mala mordida. A continuación, las detallamos para que puedas llegar a descubrir si tu dentadura presenta alguna de estas características:

  • SobremordidaLos incisivos superiores solapan mucho a los inferiores, llegando a solaparlos por completo, en los casos más severos.
  • Submordida. Los incisivos inferiores se solapan mucho con los superiores.
  • Mordida abierta. Existe una separación excesiva entre los dientes inferiores y los superiores.
  • Mordida cruzada o en tijera. Este tipo es de los más habituales y se produce cuando la mandíbula muerde por fuera del maxilar superior.
  • Desviación de la línea media. Cuando la línea entre los dientes superiores y los inferiores no coincide en su parte central. Esta circunstancia puede deberse a la falta de alguna pieza dental.
  • Apiñamiento. Los dientes apiñados, algunas veces empujados por otras piezas como las cordales (muelas del juicio), repercuten también en la mordida.
  • Protusión dental. Se produce cuando los incisivos superiores, inferiores o incluso ambos, están ligeramente inclinados hacia adelante. Este tipo de mala mordida se asocia en niños, al abuso del chupete o a la costumbre de chuparse el dedo.
  • Retrusión dental. Los dientes incisivos están inclinados hacia el interior de la cavidad. Es un tipo de mordida menos frecuente y suele estar provocado por algún tipo de traumatismo.
  • Mordida cerrada. Es aquella que se produce con el paso de los años, provocando un desgaste no solo de las piezas dentales sino también de las encías. Las personas que tienen este tipo de mordida presentan el aspecto de haber perdido toda su dentadura.

Consecuencias de una mala mordida

Si los dientes no están alineados de forma correcta, nuestro organismo tiende a adaptarse y una de las primeras consecuencias es el posicionamiento incorrecto de la mandíbula. Y como principal consecuencia provoca tensión, sobrecarga en los músculos que intervienen en la masticación y desgaste de las piezas y del esmalte dental. Este es el origen de la sensibilidad dental.

Una mala oclusión de nuestra dentadura puede crear vacíos, especialmente si faltan piezas, donde se acumulan restos de comida y facilitando la aparición de la placa bacteriana, enfermedades de las encías y mal aliento.

La mala mordida también se asocia a problemas como el bruxismo, con el consecuente desgaste dental, pequeñas fracturas dentales e incluso dolores de cabeza y cuello.

Además, una mala oclusión también puede impedir una masticación correcta de los alimentos y generar problemas en el aparato digestivo.

¿Y podemos corregir una mala mordida?

¡Claro! En líneas generales, los problemas de mordida suelen estar relacionados con malos hábitos en la infancia, pérdida prematura de dientes y traumatismos dentales.

Lo más importante es consultar con tu dentista si tienes algún tipo de mala mordida, en su fase inicial. La ortodoncia es el mejor método para corregir las malas oclusiones bucales. Bien mediante los brackets metálicos tradicionales o con ortodoncia invisible, se puede llegar a corregir la alineación de los dientes. Si bien, después de haberse sometido a este tratamiento, es necesario utilizar una férula, por las noches, para que los dientes no vuelvan a su posición errónea inicial.

 

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